Portavoces dentro de los partidos de oposición ahora plantean que
el Palacio Nacional ha tomado control sobre las 3 o 4 empresas locales
que se dedican a hacer las preguntas por cuenta de las empresas
encuestadoras internacionales y que es por eso que estas favorecen tanto
a Danilo Medina. El tiempo muy pronto dirá.
Utilicemos el elemento tiempo, pero en retrospectiva. En las
elecciones de 1996 la encuestadora que más se aproximó a la realidad fue
Gallup, seguida por Mark Penn, que entonces operaba bajo su empresa
Penn, Schoen & Berland. Las distantes fueron la Global, Hamilton
& Staff y Martínez y Salcedo. En las del 2000 la que más acertó fue
Penn, Schoen & Berland (la de Mark Penn) y luego la Gallup. Por
orden de alejamiento quedaron Hamilton & Staff, Grupo Económico
Cibao, Tesis Consultores, Demoscopia, Sigma II, Sofre y Alfonso Cabrera y
Asesores. En las del 2004 Penn, Schoen & Berland y Gallup otra vez
fueron las que más se acercaron.
Desde el 2008 se comparan las encuestas solo con el resultado del
voto nacional, es decir sin contar el voto en el extranjero, ya que las
encuestadoras no miden este último. Gallup fue la que más en ese año se
aproximó y luego Penn, Schoen & Berland y Greenberg, empatados. Más
distantes quedaron ARG, Zogby, el Centro Económico del Cibao y Noxa. Más
lejos aún CID Latinoamericana y Hamilton. En ese año tanto Penn, Schoen
& Berland como Gallup preguntaron a boca de urna el día de las
elecciones quedando bien cerca de resultados reales. Penn, Schoen &
Berland hasta anunció, desde Madrid, en El País, los resultados aún
antes que los diera nuestra Junta Central Electoral.
En el 2012 Penn, Schoen & Berland y Greenberg fueron las que
más se acercaron, seguidos por Gallup. Las tres trabajaron para medios:
Noticias SIN, Diario Libre y Hoy, respectivamente. Más retiradas y en
orden de alejamiento quedaron Asisa, Hamilton & Staff, Sigma II,
Alfonso Cabrera & Asociados, Bennenson, CID Latinoamericana,
Insight, Acevedo, Grupo Económico Cibao, Zogby, Bendixen, ABC, Peralta e
Idéame. Las últimas siete erróneamente predijeron la victoria de
Hipólito Mejía, quien perdió. En resumen, que desde 1996 las encuestas
que más han acertado han sido las contratadas por y para los medios de
televisión y la prensa escrita.
Algo difícil de predecir es el nivel de absentismo. Ha estado
rondando entre un 24% y un 27% del padrón. Un factor técnico empuja
hacia un menor absentismo en el 2016, ya que el denominador de la
fórmula de la abstención, el tamaño del padrón, se ha visto afectado por
el hecho de que muchos que aparecían en él realmente estaban muertos, o
fuera del país y ahora han desaparecido del padrón como resultado de la
emisión de la nueva cédula. Pero, por otro lado, bien podría ser que el
numerador, es decir el voto emitido, baje y que el resultado total sea
una mayor abstención, ya que luce que muchos no votarán, por su
desencanto general con la política y por la percepción de que ya Medina
ha ganado.
El voto en el exterior ha sido costosísimo. El implementarlo y
mantenerlo, si se divide por el total de los que han votado, arroja un
costo por voto mayor que el que si esas personas hubiesen tomado un
avión y hubiesen venido al país a votar. Peor aún, en cada elección son
menos los no residentes que votan, en vez de más. El que estimuló el
voto en el exterior fue el Dr. Leonel Fernández, pensando que eso le
agregaría al PLD, pero las elecciones de hace tres años reflejan que
este favoreció a la oposición, conformada entonces por el PRD. Como este
ahora está aliado al PLD, está por ver si al PRM le irá bien con el
voto de los ausentes, superando al binomio PLD-PRD.
Finalmente, como por primera vez tendremos un voto totalmente
electrónico, más que nunca procede la observación de Participación
Ciudadana que tan exacta ha sido en las últimas cinco elecciones. Sería
la única forma de que una fuente objetiva certifique el resultado y a
quien más eso le conviene es a la propia Junta Central Electoral.
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