El coronel Moshe Pinkert, director de servicios médicos de las fuerzas armadas, declaró el martes que es un paso importante para eliminar el estigma que a veces acompaña esa enfermedad.
En el pasado, todo el que era VIH positivo automáticamente era rechazado por razones médicas. En años recientes, sin embargo, quienes insistían en incorporarse a las fuerzas eran examinados individualmente y a veces se les permitía servir como voluntarios.
La nueva política, no obstante, no permite que los soldados VIH positivos sirvan en combate.
Pinkert dijo que la nueva norma afectará a sólo un puñado de reclutas cada año.
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