El
emblemático músico falleció el miércoles en un centro de rehabilitación
en el condado de Westchester, cerca de Peekskill, Nueva York, confirmó a
la AP la directora de la orquesta neoyorquina Aurora y Zon del Barrio,
Aurora Flores, quien está fungiendo como vocera de la familia. Sus
restos fueron cremados el jueves por la mañana.
"Él
descubrió las complicaciones de cáncer de próstata hace dos años,
cuando ya se le había movido a los huesos. Cuando ahora se le fue al
cerebro él decidió no hacer nada, pues odiaba los hospitales", dijo
Flores, con cuya agrupación Armenteros colaboró en los últimos años.
"No
quería doctores, decía 'estoy cansado, quiero estar en el aire', y
ahora lo está", añadió, al tiempo que destacó que "se fue el rey de la
trompeta en el Día de los Reyes".
Por
ahora no hay planes fúnebres. Flores indicó que el hijo de Armenteros
en Nueva York estaba tratando de contactar a sus seis hermanas en Cuba.
"Él quiere viajar a Cuba y poner las cenizas en Villa Ranchuelo, en la
casa donde se crió", dijo.
Armenteros estuvo casado en ocho ocasiones y tuvo siete hijos.
Durante
sus brillantes siete décadas de trayectoria, Armenteros tocó con
Arsenio Rodríguez, Machito y Benny Moré y compartió escenarios con Dizzy
Gillespie, Nat King Cole, Oscar Brown Jr y Philly Joe Jones, entre
muchas otras luminarias. Actuó en más de 70 países y continuó tocando
prácticamente hasta su muerte.
"Es
mi novia. Es mi alma, mi vida, mi corazón", dijo el músico en el 2013
durante una entrevista con The Associated Press en su casa en Nueva York
mientras señala un maletín cercano donde guardaba su trompeta de plata,
la misma que tocaba desde hace más de 60 años y con la que se dejó
fotografiar durante la entrevista.
Su apodo de "Louis Armstrong latino" lo recibió en un festival de jazz en Suiza, cuando tocaba con la banda de Machito.
"Al
darme allí mi distintivo para tocar vi que en él ponía 'Chocolate, el
Louis Armstrong latino'. Yo decía que me llamaba Chocolate Armenteros,
pero ellos me pusieron 'el Louis Armstrong latino''',
El de "Chocolate", explicó entonces, surgió luego que una joven lo confundió con el boxeador cubano Kid Chocolate.
El alegre octogenario, de carácter jovial y bromista, fumaba puros y se tomaba un coñac a diario, según dijo.
Nacido
el 4 de abril de 1928 en santa Clara, Cuba, Armenteros comenzó su
relación con la música a los 12 años, cuando el maestro de la banda
municipal de su pueblo, la localidad cubana de Ranchuelo, fue a la
escuela a preguntar quién estaba interesado en estudiar música.
"Yo
fui uno de los que levanté el brazo porque mi padre fue músico también.
Empecé a estudiar porque siempre me gustó la música, de cuando oía
tocar en la radio a las bandas cubanas. Nací con el instinto de tocar mi
música, desde el montuno, a la guajira o el bolero", relató en la misma
entrevista.
Con
19 años grabó su primer disco, como componente del conjunto René
Álvarez y Los Astros, y dos años más tarde tocó con la banda de Arsenio
Rodríguez, músico cubano al que se le atribuye haber sentado las bases
de la salsa actual.
Fue
desarrollando su carrera y sus habilidades improvisando piezas cubanas
con la trompeta. Para él improvisar era algo natural: "Es un don que da
la naturaleza; es como un cantante que sabe improvisar, eso no se puede
escribir jamás en la vida. Eso es el momento".
Armenteros realizó otro de sus sueños: "Creé la banda más bailable de Cuba con mi primo Benny Moré".
Tras
trabajar con Moré entre 1953 y 1956, pasó a formar parte de la banda de
la radio televisión cubana CMQ. Luego, Machito le ofreció tocar con su
orquesta en Nueva York, y así fue como dejó Cuba y se instaló en esta
ciudad en 1957, continuando con su prolífica carrera musical.
"Lo
más, más, más grande de mi vida fue cuando toqué con Arsenio, cuando
logré hacer la mejor orquesta bailable de Cuba, cuando llegué aquí
(Estados Unidos) y toqué con la mejor banda aquí, la de Machito, y
cuando luego hice el grupo mío con cantantes hasta que me cansé y dije
que me iba a dedicar a grabar", dijo el artista, quien desde hacía 25
años se dedicaba a tocar como invitado.
La
música, expresó a sus 85, todavía lo hacía sentirse como un niño: "Con
la trompeta siempre me siento que estoy en el kindergarten. La música es
tan extensa que todos los días se aprende algo".
viernes, 8 de enero de 2016
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